miércoles, 29 de agosto de 2012

ESCALA DEL SOL, NUBE DE PLASMA, TIERRA Y LUNA



Crédito de la foto: Astrofotógrafo Göran Strand 28.agosto.2012

Astrónomos Aficionados mediante sus  telescopios solares, han estado monitoreando una gran nube de plasma que se observa sobre el horizonte oriental del Sol. La nube está sostenida por los campos magnéticos solares, los cuales si se hacen inestables, la nube puede colapsar golpeando la superficie solar produciendo un llamarada  Hyder (destello de brillo intenso producido en la cromosfera solar).

Göran Strand de Frösön, Suecia,  con el propósito de mostrar una escala de los objetos estelares, entregó esta imagen  en la que agregó  la Tierra y la Luna en la cual se aprecia los tamaños de nuestro planeta y satélite en relación al Sol y el tamaño de de la nube de plasma.
Fuente: Space Weather

ALMA Y SU DULCE HALLAZGO




Un equipo de astrónomos, utilizando el Atacama Large Millimeter /submillimeter Array (ALMA)  ubicado en Chile en el valle de Chajnantor, Desierto de Atacama, a 5.000 metros de altura, y que de las 60 antenas consideradas en el proyecto un pequeño número de ellas  que están en funcionamiento, permitieron aun grupo de astrónomos detectar moléculas de azúcar en el gas que rodea a una joven estrella con una masa similar a la de nuestro Sol.
Los astrónomos encontraron moléculas de glicolaldehído (un azúcar simple) en el gas que rodea a la estrella binaria IRAS 16296-2422. Azúcar es el nombre común que reciben un grupo de carbohidratos pequeños (moléculas orgánicas compuestas de carbono, hidrógeno y oxígeno en una proporción de 1C:2H:10, en parte similar a la estructura química de la molécula de agua H2O). El glicolaldehído tiene la fórmula química C2H4O2, el azúcar que utilizamos en nuestros alimentos es una molécula más grande de glicolaldehído.


El glicolaldehído ya se había divisado anteriormente en el espacio interestelar, sin embargo es la primera vez que se localiza tan cerca de una estrella de este tipo, a distancias equivalentes a las que separan Urano del Sol en nuestro sistema solar. Este descubrimiento prueba que algunos compuestos químicos necesarios para la vida, ya existían en este sistema al momento de la formación de los planetas. “Esta molécula es uno de los ingredientes en la formación del ácido ribonucleico (ARN), que al igual que el ADN con el cual está relacionado, es uno de los ingredientes fundamentales para la vida”, dice Jes Jorgensen del Instituto Niels Bohr de Dinamarca autor principal del trabajo.
La gran sensibilidad de ALMA, fue esencial para estas observaciones, las que se realizaron con un conjunto parcial de antenas durante la fase de verificación científica del observatorio.
Cecile Favre miembro del equipo y perteneciente a la Universidad de Aarhus en Dinamarca, comenta que “…las moléculas de azúcar están cayendo en dirección a una de las estrellas del sistema”, por lo cual “las moléculas de azúcar no sólo se encuentran en el lugar indicado para encontrar su camino hacia un planeta, sino que además van en la dirección correcta”.
Las nubes de gas y polvo que colapsan para formar nuevas estrellas son extremadamente frías, por lo que mucho de estos gases se solidifican formando hielo en las partículas de polvo, donde luego se combinan y originan moléculas más complejas. Sin embargo, una vez que una estrella se forma en medio de una nube de gas y polvo, ésta calienta el interior de la nube giratoria elevando su temperatura; cuando esto ocurre, las moléculas químicamente complejas se evaporan en forma de gas. Este gas emite radiación en forma de ondas de radio, las que pueden ser captadas utilizando  poderosos radiotelescopios como ALMA.


IRAS 16293-2422 (señalada por el circulo rojo) se encuentra a 400 años luz de la Tierra (distancia considerada relativamente cerca) en la región Rho Ophiuchi de la Constelación de Ophiucus (el portador de la Serpiente), haciéndola un excelente objeto de estudio en la investigación de la química y las moléculas que rodean a las jóvenes estrellas.
“La gran interrogante planteada es ¿Cuan complejas pueden llegar va ser estas moléculas antes de que se incorporen a nuevos planetas? Esto podría darnos una idea con respecto a la forma en que la vida pudiese originarse en otras partes y las observaciones  de ALMA serán de vital importancia para develar este misterio”  acota Jes Jorgensen.
Este trabajo será publicado en la revista “Astrophysical Journal Letters”

En el año que ESO cumple 50 años, el radiotelescopio ALMA que aún no completa la totalidad de sus antenas, ha logrado con las primeras antenas instaladas y que ya han entrado en funcionamiento, logros  que permiten visualizar un universo de una magnificencia  impensable.
Fuente: ESO comunicado científico 1234es / agosto 29.agosto.2012
Crédito de las imagenes: ESO 1234
                Astrophysical Journal Letters: http://iopscience.iop.org/2041-8205