martes, 23 de abril de 2013

CARA A CARA CON ENCÉLADO




 Crédito de la imagen: NASA / JPL-Caltech / SSI / Gordan Ugarkovic
Una red de crestas y fosas congeladas cubren la cara de Encélado, la más enigmática de las lunas de hielo de Saturno. Este primer plano de Encélado está basado en los datos tomados por la sonda internacional Cassini el 31 de enero de 2011, cuando se encontraba a una distancia de 81.000 kilómetros, procesados por el astrónomo aficionado Gordan Ugarkovic. La imponente atracción gravitatoria de Saturno retuerce la capa de hielo que recubre a Encélado, formando crestas que se elevan sobre profundas fracturas. La cavernosa cicatriz que se puede ver al sur, de un kilómetro de profundidad, sesga otras formaciones a su alrededor, lo que indica que es relativamente reciente. En contraste, la región plagada de cráteres del norte, dividida en dos por una franja de terreno estriado, indica que se trata de una superficie mucho más antigua que, de momento, ha logrado escapar del proceso de transformación al que está sometido el resto de la superficie de esta singular luna. 
Encélado está reventando sus costuras: a lo largo de su hemisferio sur se pueden observar chorros de partículas congeladas mezcladas con vapor de agua, sales y materia orgánica, que surgen de fisuras conocidas como ‘rayas de tigre’. Algunos de estos ‘géiseres’ emiten chorros a más de 2.000 kilómetros por hora, inyectando partículas en el anillo E de Saturno. La composición química de estos chorros sugiere que podría haber un océano líquido oculto bajo la superficie de la luna, que podría reunir las condiciones necesarias para albergar vida. Una fracción de Encélado está iluminada por la luz solar que llega desde el lateral derecho de la imagen y por la luz reflejada por Saturno.
Compilacion textual de: ESA  23.abril.2013