lunes, 16 de enero de 2017

EL TELESCOPIO ESPACIAL HUBBLE PROPORCIONA HOJA DE RUTA PARA EL VIAJE GALÁCTICO DE LAS VOYAGER

Concepción del artista, que consideró a la Nave Espacial Voyager 1 de la NASA, observando cual pájaro el Sistema Solar. Los círculos representan las órbitas exteriores de los planetas mayores, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
La Voyager 1, lanzada en 1977, visitó los planetas Júpiter y Saturno. En la actualidad, se encuentra a 20.644.497.040 de kilómetros de la Tierra, por lo que es el objeto construido por los seres humanos que ha llegado más lejos y con una velocidad  más rápida. De hecho, la Voyager 1 está ahora viajando a través del espacio interestelar, la región entre las estrellas que está llena de gas, polvo y materiales reciclados a partir de estrellas moribundas.
Créditos: NASA, ESA, y G. Bacon (STScI)

En el año 1977, dos Naves Espaciales fueron lanzadas desde Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos; fueron las Naves Sondas  Voyager 1 y Voyager 2.
Voyager 1  fue lanzada el 05 de septiembre de 1977 y la Voyager 2 había sido lanzada anteriormente, el  20 de agosto de 1977.
Estas dos  Naves Sondas Espaciales de la NASA, se precipitaron a través del  territorio sin explorar del espacio, en un viaje por desconocidas carreteras más allá de nuestro Sistema Solar.
En el camino, miden el medio interestelar y el misterioso medio ambiente existente  entre las estrellas. 

El telescopio Espacial Hubble de la NASA, proporciona la hoja de ruta que mide el material a lo largo de las futuras  trayectorias de las Sondas; incluso después de que los Voyager funcionen con energía eléctrica y no sean capaces de enviar de vuelta los nuevos datos, situación que puede suceder en aproximadamente una década; por lo cual, los astrónomos pueden utilizar las observaciones del Hubble para conocer las características del medio ambiente a través del cual se deslizaran estos silenciosos embajadores.

Un análisis preliminar de las observaciones del Hubble revelan una rica ecología interestelar, compleja, pero que contiene múltiples nubes de hidrógeno mezclada con otros elementos. Estos datos obtenidos mediante el Hubble, combinados con la información obtenida por los Voyager, también  proporcionan  nuevos conocimientos sobre cómo nuestro Sol  viaja a través del espacio interestelar.
"Esta es una gran oportunidad para comparar los datos de las mediciones in situ del entorno espacial por la Nave Espacial Voyager y mediciones telescópicas por el Hubble", dijo el líder del estudio Seth Redfield, de la Universidad de Wesleyan en Middletown, Connecticut, y agrega: “Las Voyager están tomando pequeñas muestras de las regiones, ya que se desplazan  por el espacio a una velocidad  aproximada de 62.000 kilómetros por hora (38.525 millas). Pero no tenemos idea  de si estas pequeñas áreas son raras o típicas. Las observaciones del Hubble nos dan una visión más amplia debido a que el telescopio está buscando a lo largo de un camino más largo y más ancho. Así el Hubble da contexto a la zona  que cada Voyager está atravesando".
Los astrónomos esperan que las observaciones del Hubble les ayuden a caracterizar las propiedades físicas del medio interestelar local. "Idealmente, la síntesis de estas ideas con las mediciones in situ que la Voyager proporcionaría una visión general sin precedentes del medio interestelar local", dijo el miembro del Hubble Julia Zachary, de la Universidad de Wesleyan.
Los resultados del equipo  fueron presentados el 06 de enero en la reunión de invierno de la Sociedad Astronómica Americana en Grapevine, Texas.
La NASA lanzó  dos  Naves Espaciales gemelas, la Voyager  1 y la Voyager 2, en 1977. Ambas exploraron los planetas exteriores, Voyager 1 a Júpiter y Saturno y la  Voyager 2 visitó Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.  


Ilustración orientada a lo largo del plano de la eclíptica, el Telescopio Espacial Hubble de la NASA  ve por los caminos de las  Naves Sondas Espaciales  Voyager 1 y 2  en su viaje por el Sistema Solar y el espacio interestelar. El Telescopio Espacial Hubble mira en dos líneas de visión (las características individuales en forma de cono) a lo largo de la trayectoria de cada Nave Espacial. El objetivo del telescopio es para ayudar a los astrónomos con un mapa interestelar estructurado a lo largo de la ruta  de cada nave espacial en relación a sus estrellas de destino. Cada línea de visión se extiende a varios años luz de las estrellas cercanas.
Créditos: NASA, ESA, y Z. Levay (STScI)

Las Naves Espaciales Voyager son pioneras,  están estudiando la parte más externa del dominio del Sol. La Voyager 1 está ahora navegando a  través del espacio interestelar, la región entre las estrellas que se llena de gas, polvo y materiales reciclados a partir de estrellas moribundas.
Voyager 1 está a 20.645 millones de kilómetros de la Tierra, por lo que es el objeto hecho por los seres humanos que ha  llegado  más lejos jamás antes construído. En unos 40.000 años, después de que la nave espacial ya no esté operativa y no sea capaz de reunir nuevos datos, pasará a 1,6 años luz de la estrella Gliese 445, en la Constelación Camelopardalis. Su gemela, la Voyager 2, está a 17.100 millones de kilómetros de la Tierra, y pasará a 1,7 años luz de la estrella Ross 248 en unos 40.000 años.
Durante los siguientes 10 años, los Voyager estarán haciendo mediciones de materia interestelar, los campos magnéticos y los rayos cósmicos a lo largo de sus trayectorias. Hubble complementa las observaciones Voyager analizando dos líneas de visión a lo largo de la trayectoria de cada nave espacial para mapear la estructura interestelar a lo largo de sus estrellas al unir sus rutas. Cada línea de visión se extiende a varios años luz de las estrellas cercanas. El muestreo de la luz de esas estrellas, serán medidas por el Telescopio Espacial Hubble mediante el espectrógrafo de imágenes de cómo el material interestelar absorbe parte de la luz de las estrellas, dejando huellas espectrales reveladoras.
El Hubble encontró que la Voyager 2 se moverá fuera de la nube interestelar que rodea el Sistema Solar en un par de miles de años. Los astrónomos, sobre la base de datos del Hubble, predicen que la nave espacial demorará 90.000 años en llegar a una segunda nube y pasar a una tercera nube interestelar.
Un inventario de la composición de las nubes revela ligeras variaciones en las abundancias de los elementos químicos contenidos en sus estructuras. "Estas variaciones podrían significar que las nubes están  formadas de diferentes maneras, o de diferentes áreas, y luego se reunieron", dijo Redfield.
Un vistazo inicial a los datos del Hubble también sugieren que el Sol pasa a través de un material  más denso en el espacio cercano, lo que puede afectar la heliosfera, la burbuja grande que contiene nuestro sistema solar que se produce por el poderoso viento solar de nuestro Sol. En su límite, la zona llamada  Heliopausa, el viento solar empuja hacia afuera contra el medio interestelar. Hubble y Voyager 1 hicieron mediciones del medio interestelar más allá de este límite, donde el viento viene de otras estrellas y no nuestro sol.
"Estoy muy intrigado por la interacción entre las estrellas y el medio ambiente interestelar", dijo Redfield. "Este tipo de interacciones están sucediendo alrededor de la mayoría de las estrellas, y es un proceso dinámico".
La heliosfera se comprime cuando el Sol se mueve a través de un material denso, pero se expande al salir cuando la estrella pasa a través de la materia de baja densidad. Esta expansión y contracción es causada por la interacción entre la presión hacia el exterior del viento estelar, compuesto de un flujo de partículas cargadas, y la presión del material interestelar rodea a una estrella.
Fuente: NASA.gov / ESA
Traducción libre por Soca

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